El óvulo
Una niña recién nacida tiene unos 400 mil folículos, la mayoría de los cuales van degenerando durante la vida hasta desaparecer en la menopausia. Durante el periodo reproductivo de la mujer, unos 450 de estos folículos maduran y liberan el ovocito que alberga en su interior para que pueda ser, eventualmente, fecundado.
Antes de la pubertad, los folículos están en la primera fase del proceso madurativo y se les llama folículos primarios. El ovocito que contienen es una célula voluminosa de unas 40 micras de diámetro.
Desde la pubertad, algunos folículos crecen y el ovocito alcanza 40 micras. De varios folículos que en cada ciclo menstrual inician la transformación, solo uno llega a la maduración completa.
El folículo maduro adopta la forma de una vesícula que forma protuberancias en la superficie del ovario con un tamaño que puede alcanzar 1 centímetro de diámetro. En esta etapa se acumula liquido en su interior hasta que la desmesurada presión rompe la estructura esférica folicular y se libera el ovocito: es el momento de la ovulación, es decir aproximadamente el catorceavo día del periodo menstrual.
Tras abandonar el ovario, el ovocito es recogido, a modo de embudo, por la trompa uterina o trompa de Falopio, de donde parte al posible encuentro con el espermatozoide.
El ovocito debe ser fecundado poco después de la ovulación, es decir antes de 24 horas, porque de no ser así, degenera, se fragmenta y desaparece.
El óvulo es casi doscientas cincuenta mil veces mayor que el espermatozoide y alcanza su completa madurez solo después de la fecundación.
Los 23 cromosomas que aporta el espermatozoide se junta con los otro 23 del óvulo y se conforma la confrontación cromosomica normal, es decir 46 cromosomas, en 23 parejas. La fecundación tiene lugar en el tercio externo de la trompa uterina y el elemento resultante, o huevo, empieza a dividirse a medida que se desplaza hacia el útero, donde se implantara el noveno día de la ferti
Antes de la pubertad, los folículos están en la primera fase del proceso madurativo y se les llama folículos primarios. El ovocito que contienen es una célula voluminosa de unas 40 micras de diámetro.
Desde la pubertad, algunos folículos crecen y el ovocito alcanza 40 micras. De varios folículos que en cada ciclo menstrual inician la transformación, solo uno llega a la maduración completa.
El folículo maduro adopta la forma de una vesícula que forma protuberancias en la superficie del ovario con un tamaño que puede alcanzar 1 centímetro de diámetro. En esta etapa se acumula liquido en su interior hasta que la desmesurada presión rompe la estructura esférica folicular y se libera el ovocito: es el momento de la ovulación, es decir aproximadamente el catorceavo día del periodo menstrual.
Tras abandonar el ovario, el ovocito es recogido, a modo de embudo, por la trompa uterina o trompa de Falopio, de donde parte al posible encuentro con el espermatozoide.
El ovocito debe ser fecundado poco después de la ovulación, es decir antes de 24 horas, porque de no ser así, degenera, se fragmenta y desaparece.
El óvulo es casi doscientas cincuenta mil veces mayor que el espermatozoide y alcanza su completa madurez solo después de la fecundación.
Los 23 cromosomas que aporta el espermatozoide se junta con los otro 23 del óvulo y se conforma la confrontación cromosomica normal, es decir 46 cromosomas, en 23 parejas. La fecundación tiene lugar en el tercio externo de la trompa uterina y el elemento resultante, o huevo, empieza a dividirse a medida que se desplaza hacia el útero, donde se implantara el noveno día de la ferti