El osteócito
Los osteocitos son esenciales para la nutrición de la matriz miralizada. De manera que su muerte es enseguida de la consiguiente reabsorción de la matriz.
El osteocito tiene su precursor en el osteoblasto, que es la parte orgánica de la matriz o sea sobre la cual se depositan las sustancias minerales que dan la textura rígida habitual del tejido ósea.
Los osteocitos y los osteoblastos parecen ser distintas etapas de un mismo tipo celular. El osteoblasto también posee prolongaciones. Cuando esta envuelto por la matriz recién sintetizada, pasa a ser osteocito.
Con el deposito de la matriz alrededor del cuerpo de la célula y de sus prolongaciones, se moldean y, en definitiva, se forman lo que son las lagunas y los canalícelos que tienen aproximado al osteocito. Tanto el osteocito como el osteoblasto pueden almacenar calcio en su interior.
Los huesos, a diferencia de los que pudiera pensarse dan su imagen del tejido inerte, experimentan continuamente importantes transformaciones. En ellos intervienen los osteoblastos y el tercer componente de los huesos: los osteoblastos.
Con la acción de los osteoblastos, se produce una reabsorción del tejido óseo y, tras una etapa de reposo, los osteoblastos se encargan de rellenar la zona excavada por los osteoblastos. Al final se recupera el equilibrio.
La máxima masa ósea se alcanza entre los 20-40 años. A partir de esta edad, y progresivamente se va perdiendo hueso a razón de 1% del esqueleto al año.
En la mujer, después de la menopausia, la perdida es mayor hasta llegar a 3% anual. En edad octogonaria, la disminución total de masa ósea respecto a la juventud es de casi un 30%.
El osteocito tiene su precursor en el osteoblasto, que es la parte orgánica de la matriz o sea sobre la cual se depositan las sustancias minerales que dan la textura rígida habitual del tejido ósea.
Los osteocitos y los osteoblastos parecen ser distintas etapas de un mismo tipo celular. El osteoblasto también posee prolongaciones. Cuando esta envuelto por la matriz recién sintetizada, pasa a ser osteocito.
Con el deposito de la matriz alrededor del cuerpo de la célula y de sus prolongaciones, se moldean y, en definitiva, se forman lo que son las lagunas y los canalícelos que tienen aproximado al osteocito. Tanto el osteocito como el osteoblasto pueden almacenar calcio en su interior.
Los huesos, a diferencia de los que pudiera pensarse dan su imagen del tejido inerte, experimentan continuamente importantes transformaciones. En ellos intervienen los osteoblastos y el tercer componente de los huesos: los osteoblastos.
Con la acción de los osteoblastos, se produce una reabsorción del tejido óseo y, tras una etapa de reposo, los osteoblastos se encargan de rellenar la zona excavada por los osteoblastos. Al final se recupera el equilibrio.
La máxima masa ósea se alcanza entre los 20-40 años. A partir de esta edad, y progresivamente se va perdiendo hueso a razón de 1% del esqueleto al año.
En la mujer, después de la menopausia, la perdida es mayor hasta llegar a 3% anual. En edad octogonaria, la disminución total de masa ósea respecto a la juventud es de casi un 30%.